poppers

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El consumo de Popper tiene como efectos secundarios vértigos, debilidad general, dolores de cabeza, congestión de la cara y el cuello, dilatación de la pupila, taquicardia, relajación de la musculatura lisa, enrojecimiento de la piel y mucosas, náuseas, vómitos y en ocasiones diarrea. La piel, al principio, tiene aspecto transpirable, pero después se torna fría y cianótica, puede causar hipotensión, llegando incluso al colapso severo. Debido a su acción vasodilatadora en el cerebro produce también alucinaciones.

Con el consumo alto o prolongado pueden causar delirios, disminución del ritmo cardíaco, dificultades en la respiración, hipotensión y pérdida de conocimiento, al igual que distorsiones perceptivas placenteras y aumento de la satisfacción sexual, lenguaje incoherente, enlentecimiento del tiempo de respuesta, aumento de la agresividad y depresión severa del sistema nervioso central.

Por estudios se conoce que el consumo de Popper reducen el funcionamiento del sistema inmune por varios días después de su uso. Puesto que los Poppers causan que los vasos sanguíneos se abran, resulta más fácil recibir infecciones, incluyendo enfermedades de transmisión sexual.

Es un asunto de responsabilidad de toda la sociedad tomar medidas preventivas del consumo de este toxico, que pone en riesgo la salud física y mental de los consumidores cuyas sus consecuencias para la familia y el estado son costosas en su atención e irreparables.
El popper produce agitación, taquicardia e hipertensión. Se usa para inducir el consumo de la marihuana, la heroína y la cocaína.

¿Qué es? Una sustancia compuesta por nitrito de amilo que se consume en forma líquida, incolora e inodora, mediante inhalación.

¿Qué efectos produce? Relaja la musculatura y es un potente vasodilatador, dicen los toxicólogos

¿Sus consecuencias? Su abuso provoca náuseas, dolor de cabeza, hipotensión, vértigos y agresividad. Es peligrosa para enfermos del corazón.
Efectos psicológicos y fisiológicos Además de estos efectos inmediatos, los nitritos reducen las sensaciones de fatiga, molestia y tristeza. A nivel físico pueden ocasionar vértigo, dolor de cabeza, aumento en la frecuencia cardiaca, e hipertensión intraocular. No hay evidencia de daños provocados por el uso prolongado excepto una elevación temporal en la cantidad de metahemoglobina en la sangre.
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